Premio Nobel de Literatura
En la madrugada del
21 de octubre de 1982, García Márquez recibió una noticia que hacía ya tiempo
que esperaba por esas fechas: la Academia Sueca acababa de otorgarle el ansiado
premio Nobel de Literatura. Se hallaba entonces exiliado en México, pues el 26
de marzo de 1981 se había visto obligado a salir de Colombia para eludir su
captura; el ejército colombiano quería detenerlo por una supuesta vinculación
con el movimiento M-19 y porque durante cinco años había mantenido la revista
Alternativa, de corte socialista.
La concesión del
Nobel fue todo un acontecimiento cultural en Colombia y en Latinoamérica. El
escritor Juan Rulfo opinó: "Por primera vez después de muchos años se ha
dado un premio de literatura justo". La ceremonia de entrega del Nobel se
celebró en Estocolmo los días 8, 9 y 10 de diciembre; según se supo después,
disputó el galardón con el novelista británico Graham Greene y el alemán Günter
Grass.
En la entrega del Nobel (1982)
Dos actos
confirmaron el profundo sentimiento latinoamericano de García Márquez. A la
entrega del premio fue vestido con un clásico e impecable liquilique de lino
blanco, por ser el traje que usó su abuelo y que usaban los coroneles de las
guerras civiles, y que seguía siendo de etiqueta en el Caribe continental. Y
con el discurso "La soledad de América Latina" (leído el miércoles 8
de diciembre de 1982 ante la Academia Sueca en pleno y cuatrocientos invitados
y traducido simultáneamente a ocho idiomas), intentó romper los moldes o frases
gastadas con que tradicionalmente Europa se ha referido a Latinoamérica, y
denunció la falta de atención de las superpotencias hacia el continente.
El flamante Nobel
dio a entender cómo los europeos se han equivocado en su posición frente a las
Américas, quedándose tan sólo con la carga de maravilla y magia que se ha
asociado siempre a esta parte del mundo, y sugirió cambiar ese punto de vista
mediante la creación de una nueva y gran utopía, la vida, que es a su vez la
respuesta de Latinoamérica a su propia trayectoria de muerte. El discurso es
una pieza literaria de elevado estilo y de hondo contenido americanista, una
hermosa manifestación de su personalidad nacionalista, de su fe en los destinos
del continente y de sus pueblos. Confirmó asimismo su compromiso con
Latinoamérica, convencido desde siempre de que el subdesarrollo afecta a todos
los elementos de la vida latinoamericana; los escritores de esta parte del
mundo deben, por consiguiente, estar comprometidos con la realidad social
total.
Con motivo de la
entrega del Nobel, el gobierno colombiano, presidido por Belisario Betancur,
programó una vistosa presentación folclórica en Estocolmo. Presentó además una
emisión de sellos con la efigie de García Márquez dibujada por el pintor Juan
Antonio Roda, con diseño de Dickens Castro y texto de Guillermo Angulo, a
propósito de la cual el escritor colombiano expresó: "El sueño de mi vida
es que esta estampilla sólo lleve cartas de amor".
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